Que somos?
Lo sorprendió verla sentada en la banca, había esperado y deseado tanto volver a verla, que ahora aquella presencia se le hacia extraña. Eran más de la 1 de la madrugada
¿Desde qué hora estaría allí? – se pregunto
No se acerco, ella comprendió que no lo haría y cruzo la calle que separaba el parque de su casa.
- Necesito tiempo - le dijo ella por teléfono la ultima vez que hablaron, la ultima vez que amenazo con no llamarla mas, no buscarla, y elimino de su celular el numero que ella misma había digitado. No había marcha atrás, era lo de siempre, no dar tregua, debía hacerse siempre como él quería las cosas.
Dos meses interminables en que no dejo de preguntarse si debía luchar por ella, decirle lo que sentía, hacer lo que otros enviar rosas, y suplicar por su amor. Más podía su orgullo. Como al día siguiente podía ella tan solo decir que no estaba preparada para una nueva relación, habían hecho el amor, acaso eso no era importante, acaso no le dijo que no era solo sexo, sino amor aquella noche.
Su presencia ponía fin a dos meses malditos en que los celos carcomieron sus noches y días, pensando que estaría con otro, que para ella tener sexo cada fin de semana con cualquier hombre era normal, y eso no podía perdonar, si lo había hecho con él, no dudaba que con otros también. Por que ahora debía aceptarla, y ser feliz.
Encendió un cigarrillo, permaneció en la puerta, no la dejaría entrar. Dos meses le había costado dejar de pensar en ella, dejar de encender un cigarrillo cada mañana, su único aliciente para poder salir a trabajar, y encender uno tras otro cada vez que sus pensamientos se cruzaban con su nombre. Había fracasado en olvidarla, en enamorse de otra.
¿Tenia derecho de perdonar acaso? Había sido solo un agarre como otros, por que ella si, y las otras no, por que eran un triunfo los otros agarres, y ella distinto, por que se enamoro, por que aquella noche lo enamoro, por que sintió que ella era la indicada, por que importaba tanto haber tenido sexo entre los dos, por que debía de creer que hubiera sido distinto si tan solo ella le hubiera dicho antes que le diera tiempo. Tiempo para pensar, decidir aceptar que lo amaba. Por que el se había enamorado, y ella no sabia aun que sentía.
Dos meses que se pregunto si seria distinto si ella lo hubiera llamado al día siguiente, o el siguiente, si le hubiera dicho que lo amaba, si le hubiera hecho la pregunta acostumbrada, como las otras
- ¿Que soy para ti? - y el respondido, como en otras ocasiones.
- démonos tiempo, vamos a conocernos - intentando escapar de una relación larga, solo había tenido sexo con ellas, no se había comprometido.
Ahora todo era distinto, él había llamado y hecho la misma pregunta que una y otra vez le habían hecho otras mujeres
- ¿Que somos? -
No eran nada, solo dos que una noche cogieron, que calientes de tanto rock y salsa terminaron en la cama un viernes.
No podía mantener la mirada sobre ella, por la misma razón que le hacia imposible olvidarla, amaba sus ojos, su rostro, su cabello, su sonrisa y hasta su congoja.
Podía ser tan feliz con ella, por que no olvidar, por que no agradecer que una noche lo eligió para ser su amante, y olvidar, dejar de sufrir. Le dolía no poder besarla y abrazar. No, no podía olvidar, olvidar que quizás estaba allí por que como él sufría de amor, que buscaba olvidar a otro con él, como el antes busco a otras para olvidarse de ella. Pam entendió, se dio vuelta y partió.
- Me cuesta tanto olvidarte - le dijo, casi susurrando, que no lo escucho
Como hacia dos meses, no podía gritar que la necesitaba, abrió su puerta, entro y permaneció en silencio por horas, escuchando canciones de amor, fumando, y pensando en ella. Quizás mañana la buscaría, quizás mañana la abrazaría y le pediría que nunca mas se separe de él, y después, quizás mañana se daría cuenta que no la quería, y que aquella soledad que tanto amaba y atormentaba, era lo único con lo que podía convivir.
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